SOBRAL, CATARINA
Ya no se usaban puntos finales, puntos en los signos de exclamación ni en los de interrogación, dos puntos, puntos suspensivos ni puntos y coma. Nadie entendía nada de lo que se escribía.
Huelga juega con el lenguaje y sus ficciones, ¿qué pasaría si los puntos decretaran huelga? un relato inteligente y lleno de humor.