LEAL QUEVEDO, FRANCISCO
Este relato es una polifonía, cuatro voces cuentan la misma historia, desde su diferente punto de vista. Hay perdedores y ganadores, pero quien sufre la peor derrota es, sin duda alguna, el miedo fantasmal de la noche.
Las infancias y los miedos, ¿acaso no son inseparables? Los peligros de la noche parecen invencibles, toman formas extrañas, tienen lenguajes secretos. Solo hay un lugar donde los miedos nocturnos siempre pierden: la cama de los padres. Pero a veces los padres se rebelan, en especial cuando uno crece. Entonces el único puerto seguro ha quedado bloqueado y el miedoso se atiene a su suerte.
En este relato se intenta otra estrategia, mirar los terribles miedos nocturnos como lo que son: divertidas exageraciones.