GUIMARAES ROSA, JOAO
Gran Sertón: Veredas se publicó en Brasil en 1956, transformándose en un clásico instantáneo y al mismo tiempo indefinible. En palabras de su autor 'es tanto una novela como un largo poema'. João Guimarães Rosa ya era considerado uno de los autores más originales de la literatura brasileña después de la edición de los relatos de "Sagarana", en 1946 (publicado por primera vez en castellano en 2007 por Adriana Hidalgo editora), pero con la aparición de "Gran Sertón" se convirtió en uno de los escritores brasileños más conocidos universalmente. Novela cuyo escenario es el sertón un área geográfica situada al nordeste del Brasil que figura en la literatura brasileña como una concepción de la identidad nacional, la trama está constituida por un largo e ininterrumpido monólogo que el yagunzo Riobaldo le relata a un médico urbano. Se trata de un yagunzo ('un valentón asalariado que está ligado a la idea de prestación de servicios, típica en las disputas grupales o familiares' según Antonio Candido) que durante una etapa de su vida fue maestro. Su condición de maestro torna verosímil un monólogo cargado de citas, referencias y ecos de la literatura universal: desde el infierno dantesco a la urbs joyceana, pasando por la leyenda de Fausto y la literatura de caballería. Con este monólogo, Guimarães Rosa evocó una realidad particular, de una forma tan minuciosa y exhaustiva que por la radicalidad de su lenguaje logró anular el pintoresquismo alcanzando reverberaciones universales. Y al mismo tiempo resulta ineludible en toda discusión sobre la literatura latinoamericana que articule aspiraciones experimentales y la definición de una identidad regional. La mejor caracterización del sertón de Rosa la da el propio Riobaldo: 'Sertón es el mundo'. Poco tiempo después de ser publicado en Brasil, el libro fue traducido al inglés (1963), al alemán (1964), al francés (1965) y al italiano (1970). Si se piensa en las afinidades culturales y lingüísticas y en la cercanía geográfica de Brasil con los países de habla hispana, puede decirse que la primera traducción al castellano de "Gran sertón: Veredas" ocurrió tardíamente. En 1967, el mismo año de la muerte del autor, Seix Barral, una editorial fuertemente asociada durante esos años al boom de la literatura latinoamericana, publicó la novela en versión del poeta español Angel Crespo. Crespo emprendió la traducción a mediados de los sesenta, cuando la bibliografía específica estaba lejos de ser lo que es actualmente y en momentos en los que primaba una visión de la literatura latinoamericana a la que se integraba, no sin cierta violencia, la excentricidad de esta novela radical. En consonancia con los debates de la época entre regionalismo y vanguardismo, Crespo optó por acentuar los aspectos experimentales del texto. Con la ventaja de la abultada bibliografía sobre Rosa de los últimos años, los traductores de esta nueva versión los argentinos Florencia Garramuño y Gonzalo Aguilar lograron una lectura más intensa de la novela y mucho más próxima al original. En esta nueva traducción se acerca lo máximo posible el castellano a la rítmica narrativa de "Gran sertón: Veredas". La tarea no fue fácil y se asemeja a una lucha cuerpo a cuerpo. Como dijo Curt Meyer-Clason, el traductor de la novela al alemán: 'Traducir Rosa significa solicitar la ayuda de todas las fuerzas de la imaginación'.