WIESNER, DAVID
Esta invitación visual nos propone un recorrido por una narración sin palabras que contiene muchos hilos narrativos. Un niño se encuentra con una cámara de fotos que llega hasta la playa arrastrada por las olas. Al revelar el rollo, las fotos mostrarán un mundo marino caprichoso y surreal y además traerán el pasado con retratos de niños de otros tiempos y otros lugares muy remotos. Impresionante.
En la página de los créditos de este libro sin palabras, el autor escribe su dedicatoria: "Para mi familia y todos nuestros años a la orilla". Un libro-homenaje a todo ese tiempo que los niños pasan junto al mar y a todo ese mundo misterioso que proviene de él. En esta historia un niño junto a la playa encuentra un día una vieja cámara de hacer fotos. Es una cámara subacuática. Después de preguntar al salvavidas y de tratar de encontrar a su dueño, el niño revela el carrete. Las fotos que aparecen son sorprendentes: peces metálicos acompañando a otros de verdad, escenas domésticas y fantásticas bajo el mar, seres que nunca ha visto y unos cuantos niños de diversas procedencias que se han fotografiado con otras fotos de niños. El protagonista se da cuenta de que la cámara debe seguir su camino bajo el mar, pero no sin antes hacerse una foto que contenga las fotos de los otros niños. Y sí, la cámara aparece en la playa de otro lugar distante. Un libro sorprendente y original, por su planteamiento gráfico (la página se usa a veces de forma completa, a veces contiene varias escenas, hay que reconocer las fotos por el borde) y por su historia. Nos recuerda otros libros de este estilo, como Zoom, de Istvan Banyai.