JULLIEN, FRANÇOIS
Dicho abruptamente...
I. Presentes, están ausentes
II. La evidencia y la retirada
III. El «entre» de la vida
IV. Adentrarse en una filosofía de la vida
V. La transparencia de la mañana
El verbo vivir nombra al mismo tiempo lo más elemental de nuestra condición -estar vivos- y la más absoluta de nuestras aspiraciones: ¡Vivir al fin! ¿Pues qué otra cosa podríamos desear que vivir?
Vivir es eso con lo que estamos siempre comprometidos de antemano y al mismo tiempo eso que jamás conseguimos alcanzar plenamente.
Pero la tentación de la filosofía, desde los griegos, ha sido duplicar la vida: oponer al vivir repetitivo, biológico, eso otro que ella denominará, proyectándolo en el Ser, la «vida verdadera».
Al rechazar esta relación y transitar entre el pensamiento del Extremo Oriente y la filosofía, lo que busco en este libro son aquellos conceptos que nos permitan adentrarnos en una filosofía del vivir: el instante, la emergencia frente al resultado, el intersticio y la ambigüedad; o eso que llamaré, tomando prestada una expresión en lengua china, la «transparencia de la mañana».
De modo que me preguntaré cómo, para poder captar el vivir, cada concepto debe abrirse a su contrario. ¿Pues cómo es posible alcanzar el aquí y el ahora sin que la inmediatez nos absorba, pero sin dejar que se nos escape?
Ello implicará desarrollar una estrategia del vivir que sustituya a la moral.
De lo contrario, corremos el riesgo de abandonar el vivir a las banalidades de la razón; tanto al gran mercado del desarrollo personal como al bazar del exotismo. Pues entre el uno y el otro, entre la salud y la espiritualidad, ¿acaso no ha dejado la filosofía -por desgracia- una tierra baldía?