JITRIK, NOÉ
¿Por qué, me he preguntado muchas veces, recuperando ese momento en el cual dejé de lado mis cuadernos escolares y vi que entre mis manos había un libro, necesité encerrarme para leerlo? Espontáneamente busqué un lugar que consideré propicio, me aislé y traté de que nadie viniera a perturbar lo que todavía no era una ceremonia secreta pero que lo era, así puedo considerarlo ahora, después de tantos años de soledades y de libros.