LOZANO, PILAR
"Las noches de guardia nos embelesábamos mirando hacia arriba, esperando siempre una lluvia de estrellas. Bonito: están bien campantes en el cielo y, de repente, empiezan a caerse acá, allá, por todo lado. Imaginar que las atrapábamos y las guardábamos en el morral resultaba divertido. Sí, las estrellas nos hacían olvidar del trajín del día y dejar a un lado pensamientos amargos".