NOVIK, NAOMI
Ese es el lema oficial de la Escolomancia. Supongo que podríamos decir que es cierto
, el problema es que aquí resulta muy difícil aprender, por lo que la protección de la que disponemos es más bien escasa.
Nuestro querido colegio hace todo lo posible por devorar a sus alumnos, pero ahora que estoy en último curso y he conseguido unos cuantos aliados, ha desarrollado un antojo de lo más particular por mí. Incluso si consigo sobrevivir a las interminables oleadas de maleficaria con las que me obsequia entre los agotadores proyectos para clase, no tengo ni idea de cómo mis aliados y yo vamos a salir vivos del salón de grados.
A no ser, por supuesto, que acepte de una vez mi profetizado destino y sucumba a la magia oscura y la destrucción. Desde luego, de esa forma saldría en un santiamén. Adentrándome en la senda del conocimiento, sin duda.
Pero no pienso rendirme: ni a los mals ni al destino, y mucho menos a la Escolomancia. Saldré de este horrible lugar con mis amigos aunque sea lo último que haga.
Con una visión muy aguda y un humor mordaz, Novik nos recuerda que a veces no basta con reescribir las reglas: de vez en cuando, hay que hacerlas pedazos.
Bienvenido a la segunda lección de Escolomancia.
Ha llegado la hora de enfrentarse al último año. La graduación está a la vuelta de la esquina. Y no todos sobrevivirán.