Los seis relatos que componen este libro están ambientados en las islas del Pacífico Sur, que fueran visitadas a menudo por Somerset Maugham. Por ello, sus descripciones del entorno natural y los paisajes son muy precisas y sobrecogedoras. Así, ya sea en las islas de Samoa, en Tahití o en Honolulu, en todas las historias se desarrolla una tensión entre la cosmovisión y el estilo de vida de los nativos y el de los hombres blancos, que en realidad funge como trasunto de una confrontación más esencial: la de Oriente y Occidente. Sirviéndose de este trasfondo, Maugham narra con maestría historias políticas, de ambición económica frustrada, de amores inconclusos o no correspondidos en las que la constante es su capacidad de desnudar las más elementales pasiones humanas, las que conducen al hombre a obtener sus mayores satisfacciones y también a sus mayores desgracias.