WARBURG, ABY
Fascinado por estos hombres que sitúa «entre el mundo de la lógica y el de la magia», describe su danza con serpientes vivas, ceremonia mágica que busca producir un efecto real, la lluvia. Pero el ritual de la serpiente, forma extrema del culto animista de los indios, es el punto de partida de una reflexión sobre el poder de la imagen y los símbolos, necesariamente ligada a su concepción del arte.
La serpiente, presente en la Biblia, la Antigüedad clásica y la teología medieval, es un «símbolo intercultural que responde a la pregunta: ¿cuál es el origen de la destrucción elemental, de la muerte y del sufrimiento en el mundo?», y es para los indios un símbolo vivo. Warburg -explica Ulrich Raulff en un espléndido epílogo- recurrió a la serpiente, «símbolo por excelencia de la amenaza contra la racionalidad humana, como instrumento para examinar su ratio», y acaso logró «exorcizar el miedo a través de los símbolos».
«En la danza la serpiente es tratada, escribe Warburg, como "un novicio que se inicia en los misterios". Así, se convierte en un "mensajero" que debe alcanzar las almas de los muertos y ahí suscitar el relámpago. Así, la serpiente, la más inmediata imagen del mal, se convierte en la salvadora.»
ROBERTO CALASSO