URIBE PERFETTI, MONICA
El viejo ogro duerme poco; se pasa noche y día cuidando su pantano. No conversa, no sale, no juega, no ríe, no tiene amigos. Para distraerse construye barquitos con palos y los deja sobre el fango, imaginando que navegan.
Sin embargo, ni siquiera los ogros pueden prescindir de la compañía por mucho tiempo.