Escribe tú la poesía por mí o Escribe para que nunca te mueras decía una de las más de 50 cartas que Roberto Bolaño envió a su amigo íntimo Bruno Montané entre 1976 y 1997. Y eso es lo que recoge precisamente El futuro. Poesía reunida (1979-2016): cuatro décadas de ejercicio tenaz y constante con las palabras del poeta chileno Bruno Montané, en su empeño por contemplar y pensar la vida (su oscuridad, su dolor, pero también su belleza y su éxtasis) a través del poema, esa máquina / que elegimos para que el mundo reflexione, y hacerlo (o intentarlo al menos) inteligible y habitable.
A pesar de que no aparecen aquí testimonios directos de la prehistoria del poeta Bruno Montané, activo partícipe de la neovanguardia infrarrealista de la década de los setenta en México, mitografiada en Los detectives salvajes, pueden intuirse las urgencias y los desafíos que la inspiraron en algunos versos de El maletín de Stevenson, el primero de los poemarios, aunque ya matizados por la contención, la serenidad y la plasticidad emotiva que caracterizan su voz poética y que, según las certeras palabras de Roberto Bolaño, está hecha de pinceladas suspendidas en el aire, de sangre suspendida en el aire.
Desde una poesía no exenta de marcados acentos sociales y políticos pero que huye del didactismo y la solemnidad, Bruno Montané captura las fisuras íntimas de nuestra precaria existencia (el dolor se talla y se detalla) y plantea la actividad poética como una colección de asombros y una forma de resistencia contra esa realidad que tiende siempre a devorarnos. De ahí que, junto al erotismo radiante o la necesidad de pensarse a sí mismo y restaurar una vida dañada, el sentido de perseverar en la escritura constituya la materia de este prodigioso jardín mental por el que los cuatro libros que dialogan en este volumen (El maletín de Stevenson, El cielo de los topos, Mapas de bolsillo y El futuro) nos invitan a transitar.