Una sombría mirada a la situación actual de Estados Unidos, que de manera vertiginosa ha entrado en lo que Berman llama la fase final del imperio. Basándose en un minucioso análisis histórico que muestra cómo desde sus orígenes esta nación albergaba las semillas individualista, imperialista y maniquea, plasmadas en un pensamiento y discurso binarios que catalogan al mundo en términos de «buenos» (los estadounidenses) y «malos» (los que son distintos), el autor demuestra que la masacre cultural, social, política y económica es el colofón de un proyecto imperial americano empeñado en exportar su visión y su modo de vida a todos los rincones del planeta.