Sirviéndose de la rivalidad entre los dos
hermanos de una noble familia escocesa, Stevenson plantea en El
Barón de Ballantrae, la imposible lucha entre el hermano
vivo (esencialmente bueno) y la sombra heroica del primogénito desaparecido
(un ser que ha perdido toda noción de la moral y que actúa
más allá de todo escrúpulo). «Pese a que la
idea de un hombre que vuelve a la vida», dice Stevenson, «quedaba
totalmente fuera del ámbito de la aceptación general, ...
encajó de inmediato en mi proyecto... Tenía que crear una
especie de genio malvado para sus amigos y para su familia, someterle a
varias desapariciones y hacer de su reaparición final desde el foso
de la muerte, en el bosque helado americano, la última y más
desalentadora de la serie.» El resultado es una apasionante novela
de misterio y aventuras, que se desarrolla a lo largo de muchos años
y países -Escocia, la India, Norteamérica-, en escenarios
marinos y continentales, en ambientes tanto de salvajismo como de civilización,
y que a la postre, gracias al magisterio de Stevenson, resulta estar
emparentada con la gran tradición gótica.