La topografía, las circunstancias de su fundación, los prejuicios determinan cada ciudad de provincia, también sus pecados, piadosamente ocultos.
Manizales está a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar, en medio de las montañas cafeteras colombianas. Hija de las migraciones y las guerras civiles del siglo XIX, el lugar común afirma que sus cuatrocientos cincuenta mil habitantes son muy apegados a las tradiciones, sobre todo las mujeres. A veces, alguna imagina, por frustración, por vergüenza, hasta por fe, romper su mundo, quebrarse, asesinar. Y lo hace.