ISAVA, LUIS MIGUEL
¿Que´ es la experiencia? ¿Co´mo se constituye? Una aproximacio´n comu´n a estas preguntas supone que el entendimiento es un epifeno´meno que emerge de la percepcio´n sensorial. Luis Miguel Isava retoma estas interrogantes y desarrolla una propuesta muy distinta: la experiencia no se produce a partir del percibir, entendido como acto originario y no mediado, sino que tiene lugar a partir de ciertas condiciones de posibilidad de tipo formal. Para Isava este requisito funciona efectivamente como un protocolo: se trata de un sistema de criterios formales que efectivamente organizan y le otorgan sentido a lo percibido y asi´ lo «sancionan» como experiencia. Los protocolos que hacen posible la experiencia esta´n arraigados tan profundamente en la cultura que pueden resultarnos invisibles y «naturales», pero en realidad son cambiantes. Distintas culturas, en distintos momentos histo´ricos, fundan cada una sus experiencias en base a protocolos diferentes. Esto puede resultar evidente al momento de considerar los procesos de encuentro entre culturas disi´miles que han ocurrido a lo largo de la historia. Sin embargo, Isava se enfoca en un problema menos obvio y ma´s sugerente: ¿que´ ocurre cuando en el seno de una misma cultura aparecen objetos que, bajo los protocolos vigentes, no pueden ser asimilables como experiencia? Esta posibilidad, nos muestra Isava, podemos hallarla en el arte, o ma´s exactamente, en lo que e´l denomina los «artefactos culturales» de la modernidad. A partir de ejemplos concretos tomados de la poesi´a, la pintura, el cine y la mu´sica, Isava muestra co´mo el arte puede suscitar momentos extran~os, reflexivos o cri´ticos que, al enfrentarse con los protocolos de la experiencia ya establecidos, pueden suscitar nuevas formas de estar en el mundo. Juan Pablo Lupi.