BURGOS, ANDRES
Se avecina una junta directiva crucial y Amalia, la secretaria de gerencia, está más nerviosa que nunca. Su jefe, don Bernardo, le ha dejado claro que su única misión en esos días es que nadie lo moleste, y ella obedece al pie de la letra: su rutina se estrecha del todo y, como su vida, pasa a oscilar entre el aburrimiento y una tensión vacía. Pero el contratiempo más nimio, un enchufe averiado, da pie a que la sacuda una feliz convulsión.
La crítica ha dicho...
"Una ingeniosa y divertida historia sobre dos seres grises, habitantes promedio de la gran ciudad, que coinciden para ponerle a sus vidas un poquito de color".
Pilar Quintana
"Esta novela tiene guaguancó, tiene tumbao, y mucho humor".
Antonio García Ángel