MANN, THOMAS
Hermann Hesse, en El juego de abalorios, retrató a su amigo Thomas Mann como un hombre conocedor del mundo, de carácter conciliador, que ponía un rigor vigilante y ascético en todas sus empresas y desplegaba una capacidad de trabajo formidable. Otros han destacado su temperamento de burgués desahogado y cínico que, al igual que Goethe, consideraba sus propias obras como bromas