GÓMEZ DÁVILA, NICOLÁS
«Su pensamiento es una contundente recusación de la modernidad que marca el curso del siglo XX. Su escritura se caracteriza por la condensación, en forma de breves, afilados y contundentes aforismos, de una ímproba reflexión de décadas.»
Manuel Hidalgo, El Mundo
«La pertinencia actual de su aforística no radica en constituirse en apoyo ingenioso de posturas políticas conservadoras o irracionales, máxime cuando su autor no abriga intención apologética alguna. Convendría tomarla, más bien, como una invitación a explorar horizontes de reflexión alejados de lo políticamente correcto.»
Manuel Fernández Labrada, Saltus Altus
«Se trata no solo de uno de los mejores aforistas del mundo hispánico sino también de la tradición occidental, hasta donde uno pueda conocerla. No en vano ha sido traducida y recibida con aceptación en las principales lenguas occidentales.»
Fernando Valls, InfoLibre
«Debe ser considerado entre los pensadores más importantes de la historia de Colombia. Una mente impactante por su capacidad algorítmica, su síntesis, su ímpetu en la concreción de las ideas.»
Miguel Isaza, Oasis
«Un visión en absoluto exenta de una profunda humanidad y una delicada sabiduría.»
Alfredo Valenzuela, Agencia Efe
«Una de las obras más originales y profundas del pensamiento y el idioma español del siglo XX.»
Pablo Sol Mora, Criticismo
«Madurar no consiste en renunciar a nuestros anhelos, sino en admitir que el mundo no está obligado a colmarlos.»
La vida y la obra del filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila (1913-1994) se fraguó lentamente en los límites de la ingente biblioteca de su casa en Bogotá, que albergaba más de treinta mil volúmenes y que fue leyendo siempre en su lengua original, ya fuera latín, griego, francés, inglés o alemán en largas sesiones que iban desde las primeras horas del día hasta la madrugada. Mientras leía, solía escribir una serie de notas, o escolios, a través de las cuales fue desarrollando su singular pensamiento en forma de aforismos, que le valieron el merecido título de «Nietzsche colombiano».
Siempre fiel a su propia fórmula, «vivir con lucidez una vida sencilla, callada, discreta, entre libros inteligentes», sin olvidar que toda vida es «un experimento fracasado», Dávila construyó una de las críticas filosóficas más clarividentes y feroces de la modernidad, que despertó la admiración de escritores tan cercanos a su sensibilidad desprejuiciada como Ernst Jünger, o Botho Strauss. Sin embargo, no es nada fácil clasificar a este pensador independiente; no se encuadra en la tópica etiqueta del conservador nostálgico. Él mismo se autodefinió como un «reaccionario auténtico», pues, como aseveraba para evitar malentendidos, cuando no hay nada que conservar uno se vuelve reaccionario y reacciona contra todo.
El libro que el lector tiene en sus manos, una cuidada selección de José Miguel Serrano y Gonzalo Muñoz hecha a partir de los más de diez mil aforismos que conforman su obra completa Escolios a un texto implícito (n.º 38 de esta misma colección), nos revela las líneas esenciales de un pensador solitario que se empeñó en permanecer despierto donde la mayoría duerme.