Los galos sólo tienen un temor: que el cielo caiga sobre sus cabezas mañana. Pero el mañana nunca llega, dice el Jefe Abraracurcix. ¿O sí sucederá? Parece que finalmente el mañana llegó para Astérix, Obélix y los otros aldeanos.
Artículos relacionados
Otros libros del autor
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información