MAZO MOLINA, RAUL ANTONIO
La visión efímera de una mujer evoca en Rodrigo Mendoza un episodio de su vida, tan distante en tiempo y lugar, que le parece un sueño. Del pequeño puerto en el Caribe donde vive, su pensamiento se traslada años atrás a las frías tierras bogotanas, cuando todavía era profesor y periodista, y sostenía una relación extraña y clandestina con una mujer treinta y tres años menor que él. Ahora, un hombre jubilado, padre y abuelo, comienza a revolcar en su mente y emoción, las contradicciones que lo debaten entre la ilusión y el deseo, el miedo y la culpa. La novela se enreda entre los recuerdos de la relación entre Rodrigo y Simona, y esa narración fluye de una forma envolvente e intensa, dando lugar a un desenlace que no sólo sorprende al lector sino al mismo protagonista. Regresé al minibar y destapé otra de esas botellas minúsculas, vacié su contenido en el vaso, abrí la nevera, saqué el hielo y agregué un par de cubos. Seguí pensando, acomodado en la poltrona, en el momento turbio por el que pasaba mi vida, en Antonia y en ese cuerpo dormido que abarcaba en sí mismo todo el objeto de mi fascinación. Hasta dónde había sido capaz de llegar conducido por ese extraño embeleso.
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