En 1943 Marc Bloch interrumpió su trabajo Apología para la historia o el oficio de historiador para incorporarse a la resistencia antinazi. Su colega Lucien Febvre corrigió y preparó una edición póstuma del que se creía el único texto. Sin embargo, su hijo Etienne Bloch recuperó el original e incorporó las sucesivas versiones de la obra revisando los manuscritos de su padre, a los que Febvre no había tenido acceso. Nos ofrece así la posibilidad de descubrir el trabajo de un historiador que define prácticas, objetivos; en suma, una reflexión sobre su oficio.