VERNE, JULIO
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO I. Un escollo fugaz 5
II. A favor y en contra 10
III. Como guste el señor 17
IV. Ned Land 24
V. ¡A la aventura! 31
VI. A toda máquina 38
VII. Una ballena de especie desconocida 46
VIII. Mobilis in mobile 54
IX. Los arrebatos de Ned Land 61
X. El hombre de las aguas 68
XI. El Nautilus 77
XII. Todo mediante la electricidad 84
XIII. Algunas cifras 91
XIV. El Río Negro 98
XV. Una carta de invitación 109
XVI. Un paseo por la llanura 117
XVII. Un bosque submarino 122
XVIII. Cuatro mil leguas bajo el Pacífico 130
XIX. Vanikoro 138
XX. El estrecho de Torres 147
XXI. Unos días en tierra firme 155
XXII. El rayo del capitán Nemo 166
XXIII. Ægri somnia 176
XXIV. El reino del coral 185
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO I. El océano Índico 194
II. Una nueva propuesta del capitán Nemo 204
III. Una perla de diez millones 213
IV. El mar Rojo 224
V. Arabian Tunnel 235
VI. Las islas griegas 244
VII. El Mediterráneo en cuarenta y ocho horas 255
VIII. La bahía de Vigo 265
IX. Un continente desaparecido 276
X. Las minas de hulla submarinas 286
XI. El mar de los Sargazos 296
XII. Cachalotes y ballenas 305
XIII. La banquisa 316
XIV. El Polo Sur 326
XV. ¿Accidente o incidente? 339
XVI. Falta de aire 346
XVII. Del cabo de Hornos al Amazonas 355
XVIII. Los pulpos 366
XIX. La corriente del Golfo 376
XX. A 47°24' de latitud y 17°28' de longitud 385
XXI. Una hecatombe 394
XXII. Las últimas palabras del capitán Nemo 403
XXIII. Conclusión 410
La obra maestra de Julio Verne: un libro-objeto que perpetúa una herencia de calidad.
Una reproducción magistral de una de las novelas de aventuras de la colección Viajes extraordinarios creada en 1866 por Pierre-Jules Hetzel. Su encuadernación roja y dorada, de cuidado diseño, perpetúa el trabajo de calidad al que tanto apego tenía el histórico editor de Julio Verne.
La cubierta se inspira en una ilustración única, del grabador Auguste Souze. Data de 1875 y posiblemente se presentó para un concurso de encuadernadores.
«El año 1866 estuvo marcado por un acontecimiento extraordinario, un fenómeno inexplicado e inexplicable que sin duda nadie ha podido olvidar. Aparte de los rumores que agitaban a las poblaciones de los puertos y sobrexcitaban el espíritu de la opinión pública en el interior de los continentes, el asunto conmovió particularmente a las gentes de mar.
»Comerciantes, armadores, capitanes de navío, comandantes y contramaestres de Europa y América, oficiales de las Armadas de todos los países y, con ellos, los Gobiernos de los diversos Estados de ambos continentes se inquietaron en extremo debido a aquel suceso. En efecto, desde hacía algún tiempo, varios barcos se habían encontrado en el mar con una cosa enorme, un objeto largo, fusiforme, a veces fosforescente e infinitamente más grande y rápido que una ballena