TATIÁN, DIEGO
Lo obvio, lo dado, es la existencia, no la nada. Se parte de la afirmación de la sustancia, de la afirmación de la producción infinita de todas las cosas por parte de una sustancia que posee, ontológicamente, una generosidad infinita de producción. Por lo tanto, no hay lugar para la nada ni privilegio alguno para la no existencia. No hay lugar lógico, ni tampoco ético. Porque esta preeminencia de la existencia sobre la no existencia, del ser sobre la nada, tiene una correlación muy importante, en el pensamiento de Spinoza, con la preeminencia de la vida sobre la muerte y de la filosofía como manera de vivir sobre la filosofía como manera de morir. El hombre vive, y el filósofo hace lo mismo. En nada piensa menos que en la muerte. Y su filosofía es una filosofía de la vida y no una filosofía de la muerte.